La educación bidireccional o participativa, está a la orden del día y es muy beneficiosa ya que invita a los alumnos a participar y ser los actores principales en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Se trata de un tipo de educación en la que tanto los profesores como alumnos pueden ser los emisores / receptores del mensaje.
Metodos de enseñanza participativa
La encuesta, un método útil, considerada entre las técnicas célebres de la educación pro-activa y nos regala un motivador nexo de unión entre la acción educativa teórica a la antigua usanza y la sesión inversa.
Hacer una encuesta a los alumnos a lo largo de la jornada a cerca de la materia que en ese momento transmitimos ofrece diversos beneficios de los cuales nos gustaría destacar dos de cara al profesor:
- De una parte, nos echa una mano de cara a resolver esa ecuación que acostumbra abailar dentro de la mente cuando nos enfrentamos al alumnado: ¿Realmente hemos conseguido llegar a sus cabezas con las materias mediante las cuales estamos transmitiendo?
- Y de otra parte, coloca a al alumnado en un emplazamiento ineludíblemente pro-activa, con una capacidad de atención francamente elevada al la del alumno que recibe de manera inactiva el contenido de nuestra clase.
Utilización de las encuestas como parte de la educación pro-activa
Una táctica habitual de su utilización constaría de:
➡️ Bases académicas
Ofrecer las bases académicas al alumnado con anterioridad a la sesión de forma que permita aminorar la duración del tiempo invertido al contenido académico por jornada académica. La utilización mediante la encuesta consigue beneficios, pero necesita indefectiblemente de invertir bastantes horas en ello.
➡️ Diferentes posibilidades
Ya durante la jornada académica, se explica una introducción breve que ayude al alumno a entender los principios esenciales adquiridos anteriormente y se propone un dilema con diferentes posibilidades. Lo anteriormente indicado nos reduce la capacidad para desarrollar el propósito mismo de la encuesta, la cual necesita de una serie de contestaciones que deben de ser cerradas.
Generalmente se recomienda que no sea más elevado que 5 y es esencial que el interrogante propuesto no sea difícil de entender de cara a que todos saquen conclusiones afines.
➡️ Selección de respuestas
El Alumnado selecciona una por una la respuesta que cree es más acertada y el educador ofrece las respuestas (el número en % de ayuda que ha necesitado cada solución factible). Esta metodología es completamente anónima debido a que nos atrae una forma de participar, que no esté anquilosada por el temor a pasar vergüenza, o a una deficiente conclusión.
➡️ Dialogar soluciones
Las soluciones se podrían dialogar en grupos limitados. Tal cual observaremos más adelante, la estructuración y división de los grupos ofrece amplias posibilidades de complicación, supeditándose a aquel margen que nos proporcione el medio tecnológico utilizado, más lo que es vital, es que se cree un diálogo y comunicación grupal que proporcione un entorno bien provisto de ideas para poner a juicio.
➡️ Reiniciar encuesta
Para finalizar, tenemos la posibilidad de reiniciar nuestra encuesta de cara a observar de que manera evolucionaron los las respuestas al poner al unísono en las reuniones de cada conjunto de alumnos y la puesta en común global. Las nuevas respuestas nos valdrán para sintentizar las inferencias finales y proporcionarnos la seguridad de que su vinculación con las materias académicas es relevante y transparente.
Así pues podemos concluir que, la utilización de estas encuestas además de proporcionar un entorno muy positivo de cara al estudio activo, existe también atrayente y trascendental punto del cual partir para el estudio compartido con otros alumnos.
De todos modos, si llevas idea de trabajar con las encuestas con el objetivo de abordar varios propósitos del desarrollo académico, podrías resultar coherente, incluso muy positivo dejar huecos entre prueba y prueba para que resulte simpático y eficiente para trabajar la educación bidireccional con este método.